El Centro IRIS (Recursos Innovadores para el Éxito Educativo) es un centro que cuenta con el apoyo de la Oficina de Programas de Educación Especial del Departamento de Educación de los EE. UU. Está ubicado en el Peabody College de la Universidad de Vanderbilt, y desarrolla y difunde recursos gratuitos y atractivos online sobre prácticas de conducta y prácticas basadas en evidencias para apoyar la educación de todos los estudiantes, particularmente los estudiantes con dificultades y aquellos con discapacidades.
Este artículo ha sido originalmente publicado en el Centro IRIS:
El ambiente temporal
El término ambiente temporal se refiere al momento, la secuencia y la duración de las rutinas y actividades que tienen lugar durante un día en el colegio. Incluye el cronograma de actividades como la llegada, el tiempo de juego, la hora de la comida, el tiempo de descanso, las actividades de grupos pequeños y grandes, y las muchas transiciones que los mantienen unidos. Los horarios y rutinas predecibles crean una sensación de seguridad, ayudan a los niños pequeños a aprender sobre el mundo, les ayudan a adaptarse a nuevas situaciones y evitan comportamientos disruptivos. Las rutinas diarias también ayudan a los niños más pequeños a estar separados de sus familias y a sentirse seguros y seguras con otros cuidadores.
Diseñar temporalmente el entorno del aula también depende del tipo de asignatura, su duración y la edad de los niños y niñas. Al diseñar el entorno temporal, se debe tener en cuenta que cada grupo de niños y niñas tiene su propia personalidad; lo que funcionó bien un año podría no funcionar bien el curso siguiente. Además, las maestras deben pensar en cada uno de los siguientes aspectos:
Diferentes niveles de actividad
Los niños y niñas necesitan tener momentos para participar en actividades que requieren elevada energía y actividades más tranquilas, y ambas deben alternarse a lo largo del día. Hacer esto es una forma de ayudar a prevenir comportamientos disruptivos. Por ejemplo, los maestros y maestras podrían realizar una actividad en círculo que implica sentarse un tiempo considerable, con otra que permita más movimiento. Además, la cantidad de tiempo que los niños pasan en cualquier tipo de actividad debe basarse en su edad y niveles de desarrollo. Cuando programan actividades, los maestros deben:
- Asegurarse de que los niños tengan oportunidades frecuentes de movimiento. Los maestros pueden integrar fiestas cortas de baile, estiramientos o ejercicios grupales en sus actividades más sedentarias.
- Utilizar actividades de enfriamiento para ayudar a los niños a una mejor transición entre actividades de alta energía o emocionantes y actividades de baja energía. Por ejemplo, cuando los niños vienen de jugar al aire libre, se les puede indicar que tomen un trago de agua y se sienten con un libro hasta que comience la próxima actividad.
Planificar transiciones efectivas
Las transiciones son una parte esencial de cada horario de clase. Cuando no se gestionan adecuadamente, pueden convertirse en momentos de caos, aumentando el comportamiento problemático y generando mayor estrés tanto para el maestro como para los niños y niñas. El profesorado experimentado sabe que las transiciones requieren de planificación. Para desarrollar transiciones que funcionen bien:
- Asegúrese de tener señales claras para la transición de una actividad a otra (por ejemplo, dar una advertencia de dos minutos, encender y apagar las luces, tocar el timbre, cantar una canción).
- Establecer reglas sobre la limpieza (por ejemplo, guardar los juguetes al final del tiempo libre de juego).
- Si es posible, tener un miembro del personal disponible en cada nueva actividad para saludar a los niños cuando lleguen. Si esto no es posible, asegúrese de que los niños y niñas sepan lo que deberían estar haciendo.
- Prepárese y esté listo para comenzar la nueva actividad tan pronto como lleguen al aula.
- Considere lo que hacen los niños antes de llegar al aula cada mañana. Por ejemplo, los niños pueden haber tenido un viaje prolongado en autobús o en automóvil para llegar a la escuela durante los cuales se les ha requerido sentarse. Si la primera actividad se basa en estar sentado, estos niños o niñas podrían tener dificultades para sentarse nuevamente durante un período prolongado.
- Limite la cantidad de tiempo que los niños pasan esperando en la transición (por ejemplo, en la fila) y limite la cantidad de transiciones que hacen los niños durante el día.
Enseñar rutinas y horarios
Los niños necesitan que se les enseñe qué se espera que hagan durante las actividades y durante los cambios de clase. Las expectativas claras ayudan a los niños a saber cómo participar en todas las actividades del aula de una manera más significativa y a disminuir la probabilidad de comportamientos disruptivos. Los maestros y las maestras pueden:
- Publicar el horario para ayudar a los niños y maestros a estar al tanto y usarlo.
- Enseñar las rutinas y horarios diarios y revisarlos durante el día.
- Intentar mantener una rutinas estable, pero también preparar a los niños y niñas para los cambios en el horario si fuesen necesarios. Por ejemplo, en un día lluvioso, recuerde a los niños y niñas que jugarán en el interior en lugar de en el exterior.
- Desarrolle horarios que sean fáciles de entender para los niños (es decir, utilizando un lenguaje o imágenes simples).
Diseño temporal incluyendo a las familias
Diferentes familias tienen diferentes rutinas. Preguntar a las familias sobre sus rutinas y horarios y tratar de incorporar las formas en que cuidan a sus hijos pequeños crea una capacidad de respuesta cultural y continuidad entre el programa y el hogar:
- Comuníquese con las familias para crear una transición sin problemas para el niño o niña al llegar o al ser recogido en el centro.
- Comprender las expectativas que las familias tienen en casa para sus hijos. Por ejemplo, ¿requiere la familia que el niño se siente a la mesa durante toda la hora de la comida o el niño se va tan pronto como termina de comer?
- Aprenda sobre las actividades del niño en el hogar (por ejemplo, actividades preferidas, actividades de alta energía, rutinas diarias).
- Comparta el horario y las rutinas del aula con las familias y asegúrese de comunicar cualquier cambio.
Incluyendo niños y niñas con discapacidad
Cuando se diseña el entorno temporal, los maestros y maestras deben ser conscientes de que los niños y niñas con discapacidades pueden requerir algunas consideraciones adicionales para participar plenamente en todas las rutinas y actividades programadas. Para ello, los maestros y maestras pueden:
- Proporcionar horarios con fotos para los niños que necesitan recordatorios visuales de la secuencia de actividades.
- Sea flexible con el horario y permitir más tiempo para realizar los cambios de clase o transiciones y actividades para aquellos que lo necesitan (por ejemplo, aquellos con dificultades motoricas o retrasos en el desarrollo).
- Comprenda que los estudiantes con afecciones médicas o discapacidades físicas pueden tener menos resistencia y cansarse más fácilmente durante el día. Los maestros deben ajustar sus horarios en consecuencia para incluir a estos niños en la mayor cantidad posible de actividades programadas. Por ejemplo, algunos niños o niñas no dispondrán de la resistencia para participar plenamente en el juego al aire libre por la tarde, una actividad de que requiere elevada energía. Para estos niños y niñas, el maestro puede planear una actividad estructurada que requiera menos energía pero que les permita ser incluidos (por ejemplo, arrojar una pelota grande de un lado a otro).
- Empareje a los niños y niñas para ayudarse mutuamente durante los cambios de clase o en la transiciones entre actividades.
- Permita descansos y períodos de participación flexible.
- Asóciese con las familias para comprender mejor las necesidades de programación individual y las rutinas de los niños con discapacidad.