Con las escuelas cerradas, cuidar la escuela era cuidar a los docentes

24 noviembre 2020

Por Cinthia Rodrigues, cofundadora de «Quero na Escola»

Cuando la tragedia del Covid-19 atravesó repentinamente el camino de todos, Quero na Escola, que siempre llevó voluntarios para colaborar con estudiantes y educadores dentro de las escuelas públicas, quedó bloqueada. Era como si estuviéramos en una carretera y un gran derrumbe impidiera el paso.

Paramos. Incluso llegamos a hablar online con quienes contaban con nuestros encuentros ya programados, pero luego decidimos dirigir nuestros esfuerzos a lo que estaba justo en frente de nosotros: la barrera que significaba el aislamiento social.

Al igual que nosotros, millones de estudiantes y profesores pararon. Las clases remotas pronto se presentaron como un atajo, pero había que lidiar con el trauma del camino interrumpido. Por lo tanto, después de 4 años de Quero na Escola Especial Professor, que llevaba a las personas presencialmente a las escuelas en función de lo que querían los educadores, hablamos con nuestras aliadas de la Fundación SM para hacer un cambio: enfocarnos en el apoyo emocional a profesoras y profesores.

Fue como entrar al equipo de emergencia. Lanzamos el programa Apoio Emocional en julio para que los educadores pudieran solicitar una sesión de escucha para ellos mismos, para todos los profesionales de sus escuelas o para sus alumnos. En julio se acumularon 300 inscripciones. Para septiembre, ese número se duplicaría a 600. Los docentes se sentían perdidos como todos, pero con una carga mayor por los vínculos que tenían con sus alumnos y la falta de experiencia con herramientas digitales. La maestra de educación infantil de São Paulo, Gabriela Santos, resumió la confusión: «Tuve que adaptarme a una educación que iba en contra de todo lo que creo».

Uno de nuestros objetivos era llamar la atención sobre los efectos secundarios del Covid en la educación. Un video con algunos testimonios mostró la situación particular de quienes sabían que sus alumnos estaban en una situación vulnerable y que las clases remotas no producen el mismo efecto. Los psicólogos y psicoterapeutas se conmovieron. Recibimos la solicitud de casi 200 voluntarios dispuestos a atenderlos de manera virtual.

Participaron más de 2.000 docentes, 262 en sesiones de escucha semanales individuales y el resto en grupos durante la jornada de formación colectiva. Se atendió a maestros de 242 escuelas de 76 ciudades distintas de 15 estados de Brasil. Las conversaciones entre los educadores y sus voluntarios son, por supuesto, privadas, pero muchos nos han contado lo que estas les significaron.

“Cuando vino la pandemia, me quedé paralizada. Estoy a 5 años de jubilarme y no sé nada de tecnología, ni lo he intentado. Tenía demasiado miedo de hablar. Cuando hablé con la psicóloga, me di cuenta de que tenía que intentarlo y ahora tengo encuentros regulares con mis alumnos”, cuenta la maestra Marcia Seraphim, de Araçatuba, en el interior de São Paulo.

El proyecto también ayudó a mostrar la necesidad de que los educadores recibieran apoyo constantemente. Muchos problemas ya estaban planteados desde antes y lo que pasó es que se agravaron con la pandemia, como la falta de interés de los estudiantes, la sensación de invisibilidad del docente, la falta de inversión en nuevas tecnologías en las escuelas e incluso el hecho de que los profesionales se enfermaran. Además, muchos sienten falta de ayuda para poder apoyar a los estudiantes en su angustia.

El proyecto duró cuatro meses y terminó incluso antes de que terminara la pandemia. La barrera del aislamiento social sigue bloqueando la entrada a las escuelas en la mayor parte de Brasil y del mundo, pero hay señales de que el próximo año volverá la circulación. Por nuestra parte, retomamos algunas de las lecciones de siempre y aprendimos otras nuevas. Las de siempre son que la sociedad colabore cuando le ofrecemos un camino claro y que la educación no se haga de forma aislada. Las nuevas son que además de las barreras visibles, hay que cuidar los traumas invisibles y enfocarnos en las emergencias cuando el escenario cambia frente a nosotros.

Cinthia Rodrigues. Co-creadora y coordinadora de “Quero na Escola”, hija de maestra, madre de estudiantes de la Red Municipal de São Paulo (Brasil), consejera escolar y periodista especializada en educación. Trabajó en periódicos, sitios web y revistas, como “Nova Escola” y “Carta Educação”. Busca traer más personas para participar en la educación pública.