Pistas sobre la motivación en el aprendizaje
25 febrero 2019
Un texto reciente [1] ha señalado la estrecha relación entre determinados cambios neurofisiológicos y la motivación para aprender y ha apuntado algunas pistas para incrementar el interés de los alumnos en su aprendizaje. A partir de estas conclusiones empíricas, se reflexiona sobre el buen hacer del profesor [2].
- Los circuitos cerebrales tienen una función clave en la motivación de las personas. Su desarrollo equilibrado depende de la dotación genética activada de cada persona en función de sus experiencias sociales y ambientales.
- Existen dos tipos de motivación: la que nos mueve a obtener la recompensa y las que nos impulsan a evitar el peligro.
- Las señales químicas que envía el cerebro, que son potentes neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, crean progresivamente una red de conexiones que relacionan la memoria de estas situaciones, la emoción que provocan y la recompensa alcanzada. Cuando el organismo anticipa que puede obtener esta sensación placentera, se activa este circuito y se desencadenan las acciones necesarias que nos mueven (motivan) para lograrlo.
- La motivación de evitación surge cuando el organismo percibe una situación de amenaza, que desencadena la activación de las hormonas del estrés. La respuesta habitual es la preparación para la lucha o para la huida.
- En ocasiones, el organismo pone en marcha procesos de autorregulación cognitiva que aplazan la recompensa inmediata para lograr otras más lejanas en el tiempo o controlan los impulsos de lucha o huida para abordar de forma más reflexiva la situación desencadenante.
- Desde los primeros meses, los niños desarrollan una motivación intrínseca para explorar, realizar una tarea, jugar o buscar a otra persona. Ello le produce satisfacción y le empuja a seguir activo e interesado. La motivación intrínseca acompañada de una información positiva es más efectiva y duradera para movilizar la conducta que la motivación extrínseca basada en recompensas externas. El juego y los intercambios sociales son las actividades que generan la más alta motivación intrínseca.
- Los adultos tiene un papel fundamental en la motivación de los niños. Facilitarles el juego libre y el descubrimiento, establecer un intercambio comunicativo interesante para el niño y ajustado a su desarrollo, y acompañarles en las situaciones que les generan inseguridad favorecen el deseo de exploración y reducen la evitación.
- La diversidad en el ámbito de la motivación es enorme. En función de las experiencias acumuladas por cada persona, unas ven las nuevas situaciones como interesantes y motivadoras y otras valoran en cambio esas mismas situaciones como amenazantes o potencialmente frustrantes.
- En la adolescencia, el papel de los compañeros y de la aceptación social aumenta su importancia como reforzador del comportamiento.
- La maduración cognitiva en la adolescencia es más lenta que la emocional, por lo que es más difícil activar los mecanismos de autorregulación que controlan la búsqueda de satisfacciones inmediatas o las huidas impulsivas.
- Las expectativas de éxito son altamente motivadoras. Cuando el niño percibe que puede alcanzar una meta y que merece la pena esforzarse para lograrla, hay una mayor probabilidad de que lo intente. También los modelos adultos pueden orientar el tipo de actividad de los niños.
- La motivación es importante para alcanzar una meta, pero también hay que tener en cuenta otras condiciones como las habilidades exigidas, el tiempo necesario y los apoyos disponibles para lograrla. La afirmación tradicional de que “querer es poder” no siempre es correcta y puede generar frustración.
- Motivar es poner a alguien en movimiento porque le interesa la actividad que se le propone. Y le interesa activarse porque encuentra satisfactorio alcanzar la meta propuesta.
- Las situaciones novedosas son interesantes, pero no tanto si son demasiado novedosas. Lo mismo sucede con el esfuerzo para lograr una meta: se reduce la motivación si la tarea es demasiado fácil o demasiado difícil.
- La motivación aumenta cuando las tareas son en gran medida elegidas por el alumno y son interesantes y significativas para él.
- Ser capaz de comprender y gestionar emocionalmente los errores y los fracasos en el desempeño de una actividad es un factor importante para continuar aprendiendo. El sentimiento de impotencia ante la tarea y el miedo a la descalificación provocan la huida del aprendizaje (ver punto 4).
- Motivar a todos los alumnos de una clase es una tarea enormemente compleja porque sus intereses, sus emociones, sus expectativas sus competencias y sus experiencias previas son diferentes.
- Un profesor excelente es aquel que conoce a cada uno de sus alumnos, elige las tareas de aprendizaje conectadas con sus intereses y se las propone mayoritariamente de forma individual o en pequeño grupo para que pueden ser resueltas con el apoyo del docente o en colaboración con los compañeros.
- Uno de los objetivos del profesor es que cada uno de los alumnos perciba que puede resolver la tarea propuesta y se sienta satisfecho y reconocido por el esfuerzo realizado y por el éxito, aunque sea limitado, alcanzado.
- Es también tarea del profesor ayudar a sus alumnos a analizar los errores cometidos evitando la descalificación social y animarles a continuar el proceso de aprendizaje iniciado.
- [1]
National Scientific Council on the Developing Child. (2018). Understanding Motivation: Building the Brain Architecture That Supports Learning, Health, and Community Participation: Working Paper No. 14. Recuperado desde www.developingchild.harvard.edu
- [2]
Ver también el texto de Juan Ignacio Pozo “Dando motivos para aprender”. www.eduforics.com. 2018.