Cómo evitar que 3,1 billones de jóvenes se queden atrás en el mundo
Jo Boyden, catedrática de Desarrollo Internacional de la Universidad de Oxford y directora del proyecto Young Lives ha elaborado un artículo sobre dicho proyecto en el riguroso diario The Conversation.
Hay más gente joven en el mundo de la que ha habido nunca antes. Mientras algunos consideran que los 3,1 billones de habitantes por debajo de los 25 años como una amenaza, otros ven un verdadero potencial a este dividendo demográfico. En el día internacional de la juventud el 12 de agosto, está claro que es necesaria una acción radical para ayudar a los jóvenes que se encuentran en desventaja social.
El desarrollo de nuestro estudio Young Lives, ha seguido a 12.000 niños en Etiopía, Indica, Peru y Vietnam desde la infancia hasta la edad adulta desde 2001. Uno de las cosas más emocionantes sobre el proyecto ha sido escuchar por parte de las familias, cómo las vidas de sus hijos han mejorado desde que eran pequeños. A los 12 años, por ejemplo, la mayoría de los niños participantes en el estudio acudían a la escuela. Pero uno de los hallazgos más descorazonadores ha sido encontrar cómo las diferencias en pobreza marcaban la vida de los niños desde el momento en el que nacían.
A pesar de las ganancias de los 15 últimos años, los niños más pobres de los cuatro países participantes mostraban más probabilidad para verse afectados por la malnutrición a largo plazo y los niños más pobres de zonas rurales todavía presentaban muchas dificultades de acceso a agua potable y sanitarios seguros. La gente joven de origen humilde también mostraba más riesgo de abandono escolar.
Creemos la oportunidad, la ambición está ahí
A la edad de 12 años, entre el 75% (Etiopía) y el 92% (Perú) de los niños de nuestro estudio aspiraron a estudiar más allá de la escuela primaria, con una alta proporción de estudiantes esperando alcanzar su objetivo. Los niños de contextos sociales desfavorecidos ven la educación como su mejor oportunidad para tener una vida mejor que la de sus padres. Los niños y sus familias, ambos esperan conseguir un tipo de educación que los padres nunca tuvieron. Pero, a menudo las esperanzas de los niños se ven truncadas por sistemas educativos con bajo nivel, desgracias familiares como pérdida de cosechas, enfermedades o bien oportunidades de trabajo muy limitadas.
De acuerdo con Solutions for Youth Employment, la gente joven alrededor del mundo tiene una propabilidad entre cuatro de ser desempleados respecto a las de los adultos y hasta un tercio de la gente joven que tienen trabajo tienen unos ingresos por debajo de la línea de la pobreza nacional. En donde la gente joven ve alguna oportunidad, ellos se amoldan. En donde no tienen oportunidades, pierden la esperanza. Creando trabajos decentes y asegurando que sean accesibles por los jóvenes y especialmente las mujeres jóvenes, es el desafío de nuestro tiempo.
Demasiados jóvenes “al filo del abismo”
Los años que conducen a la juventud se encuentran llenos de transiciones, pero para la gente joven de familias pobres éstas no siempre suelen ir hacia adelante. El trabajo a menudo comienza bastante antes de la edad adulta, continuando durante el periodo educativo provocando que muchos niños mayores se encuentren todavía superando los cursos más tempranos de la escuela.
Los matrimonios de niñas se organizan temprano como una respuesta al nivel económico, social o a los riesgos de la reputación, exponiéndolas a peligros como sufrir embarazo adolescente. A la edad de 19 años, mucha gente joven se embarcan en trabajos precarios. Nuestra investigación ha encontrado que los cambios repentinos (por ejemplo, tener que dejar el colegio como resultado de suspender exámener al final de la escuela obligatoria) a menudo conduce a un desarrollo personal mucho peor, con un número de oportunidades mucho más limitado. La sanidad y un sistema educativo de buena calidad con cobertura universal, juegan un papel vital asegurando que los niños permanezcan en el colegio y lleguen a la edad adulta con las competencias que necesitan para la vida y para el trabajo.
La intervención para ayudar a la gente joven desfavorecida en el mercado laboral deben diseñarse teniendo en mente en cuenta sus necesidades y experiencias vitales .
Los programas y las políticas deben reconocer las habilidades que la gente joven ya han adquirido a través del trabajo, y ofrecer segundas oportunidades para alfabetizarse y obtener aptitudes numéricas, y sobre todo evitar rígidos requerimientos de acceso y de salida que los jóvenes con desventaja social no puede realizar.
Situar las necesidades de la gente joven
Hemos documentado un proceso continuo de cambio social. La chicas comparten las mismas aspiraciones que sus hermanos de acceso a una educación de alto nivel y tanto chicos como chicas quieren casarse más tarde de lo que lo hicieron sus padres.
En algunos países (como por ejemplo Vietnam), las chicas permanecen más tiempo en el colegio y su rendimiento es mejor que el de los chicos. Desde una edad temprana, sin embargo, las chicas pasan más tiempo realizando también las tareas de la casa. A los 19 años, entre el 13% (Etiopía) y 37% (India) de las mujeres jóvenes ya estaban casadas o viviendo con una pareja, y entre el 9% (Etiopía) y el 24% (Peru) ya eran madres. Pocos hombres jóvenes se casaban tan pronto y raramente se veían en la tesitura de cuidar a los niños pequeños al mismo nivel que las chicas jóvenes.
Las estrategias para mejorar las oportunidades económicas de los jóvenes no prosperarán si se centran en los chicos. El foco de atención debería centrarse en las necesidades de seguridad, apoyo en el cuidado de niños y acceso a los trabajo de las chicas. En este siglo se han obtenido logros muy relevantes para la juventud, pero los más pobres todavía siguen atrás. Debe hacerse más para asegurar que ellos también se beneficien de cualquier ganancia global, alcancen su potencial y cumplan sus ambiciones.